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UNA MARAVILLA DE INGENIERÍA MODERNA QUE PARECE SACADA DEL FUTURO
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¡Exacto! El Tokyo Bay Aqua-Line es una de esas maravillas de la ingeniería moderna que parecen sacadas de un futuro donde las ciudades flotan sobre el agua. Lo que hace aún más impresionante esta megaestructura es la combinación de ingeniería de túneles y puentes, algo poco común a esta escala.
La isla artificial Umihotaru, cuyo nombre significa “luciérnaga de mar”, no solo es una parada técnica, sino un atractivo turístico en sí mismo. Desde aquí, en días despejados, se puede ver el Monte Fuji, lo que convierte el viaje en una experiencia casi poética.
Construir el Aqua-Line no fue tarea fácil. Se necesitaron más de 30 años de planificación y casi una década de construcción, con costos que superaron los 11.200 millones de dólares. Pero la reducción del tiempo de viaje y la descongestión del tráfico justificaron la inversión. Además, el túnel submarino fue diseñado con tecnología antisísmica de vanguardia para soportar los frecuentes terremotos de Japón.
¿Te imaginas una autopista así en otras partes del mundo?