Zona Maya
Una Aldea Maya Donde el Tiempo Se Detuvo: San Marcelino, el Secreto Mejor Guardado de Yucatán
En el corazón del municipio de Tekax, Yucatán, existe un rincón donde el tiempo parece haberse detenido. La aldea maya de San Marcelino, situada a tan solo dos kilómetros de la comisaría de Kancab, es un testimonio viviente de la resistencia cultural y la conexión con las raíces ancestrales.
Con tan solo 27 habitantes, este pequeño refugio ofrece una ventana al pasado, donde las costumbres mayas se mantienen intactas frente al avance de la modernidad. Aquí, el reloj no manda; la vida se rige por el sol, la lluvia y los ciclos de la naturaleza.
Un Estilo de Vida Ancestral
En San Marcelino, la comida no se compra en supermercados; se cultiva, se caza o se recolecta. Los pobladores trabajan la milpa, un sistema agrícola milenario donde se siembra maíz, frijol y calabaza, conocidos como los “tres hermanos” de la dieta maya. Todo se cocina en fogones de leña, conservando los sabores auténticos de platillos como el relleno negro, el Poc-Chuc y las tortillas de maíz recién hechas a mano.
Además, el agua se extrae de antiguos depósitos subterráneos conocidos como chultunes, una técnica hidráulica utilizada por los mayas desde la época prehispánica.
Una Experiencia para los Visitantes
San Marcelino es más que una aldea; es un viaje al pasado. Los visitantes pueden recorrer la selva que rodea el lugar, donde encontrarán una rica biodiversidad, cimientos de agua antiguos y la oportunidad de aprender de la relación respetuosa que los mayas mantienen con su entorno.
Los recorridos incluyen visitas guiadas a las milpas, donde se puede participar en las labores agrícolas y, al final del día, disfrutar de una comida tradicional en compañía de los lugareños. Todo esto mientras se escucha el maya, idioma que aún resuena con orgullo en esta comunidad.
Un Refugio de Cultura y Naturaleza
Aunque el mundo moderno avanza implacable, San Marcelino se resiste. En esta aldea, el presente y el pasado coexisten en armonía, recordándonos la importancia de preservar nuestras raíces culturales y el vínculo con la naturaleza.
Para quienes buscan una experiencia única, lejos del bullicio y la tecnología, este enclave maya es un recordatorio viviente de que, a veces, para avanzar, es necesario mirar hacia atrás.
¿Te atreves a viajar en el tiempo y descubrir el verdadero espíritu de Yucatán?