Cancún
MOTOTAXIS: ¿HASTA CUÁNDO LA AUTORIDAD HARÁ SU PARTE?

Hace apenas unos días, Rafael Hernández Kotasek, director del Instituto de Movilidad del Estado (Imoveqroo), y Michel Díaz Valdez, líder del sindicato de taxistas “Andrés Quintana Roo” en Cancún, realizaron un recorrido por diversos puntos de la ciudad. La visita no sorprendió a nadie, salvo por lo tardío del gesto. Vinieron, al fin, a reconocer lo que ya todos sabíamos: que el crecimiento descontrolado de los mototaxis es un problema mayúsculo, y que los taxistas siguen compitiendo en clara desventaja frente a los mototaxis que operan a su antojo, sin regulaciones claras ni consecuencias.
No es cuestión de proteger privilegios. Se trata de justicia laboral, de equidad y de dignidad para miles de trabajadores del volante que todos los días salen a ganarse la vida cumpliendo con trámites, pagos y obligaciones legales, mientras otros operan al margen, sin fiscalización ni responsabilidades.
Lo que empezó como una opción accesible y comunitaria, los mototaxis, se ha convertido en un foco rojo. Hoy ya no son sinónimo de economía ni de cercanía, sino de precariedad, riesgo e informalidad. Los usuarios lo saben: no hay garantías, no hay seguridad, y en muchos casos, tampoco hay ahorro. Pagar lo mismo —o más— por un servicio que no ofrece ni seguro, ni registro, ni control, es, sencillamente, una burla.
Por eso la visita de Kotasek, aunque bien recibida, levanta sospechas. ¿Qué se busca realmente? ¿Un diagnóstico que ya conocemos? ¿Una fotografía para el archivo? Ojalá no se trate de otra simulación.
Por su parte, Michel Díaz ha cumplido: ha señalado el problema, ha presionado con argumentos y ha puesto el tema sobre la mesa pública. No se ha quedado callado. Ha hecho su parte como líder sindical. Ahora, toca al Estado actuar con firmeza. Imoveqroo tiene en sus manos la oportunidad de demostrar que no está al servicio de unos cuantos, sino de la legalidad y del bien común.
Pero si esta visita termina siendo puro “atole con el dedo”, como tantos otros anuncios y reuniones pasadas, el mensaje para el gremio taxista será claro: están solos. Y cuando el gremio se siente solo, la historia ha demostrado que sabe organizarse y sabe luchar.