Mundo
ASTRAZENECA RETIRA SU VACUNA “COVID-19” DEL MERCADO EN ESTE 2024

La situación respecto a la vacuna de AstraZeneca (Vaxzevria) contra la COVID-19 es compleja y requiere matices clave:
- Retirada global en 2024:
En mayo de 2024, AstraZeneca anunció la retirada voluntaria de su vacuna en todo el mundo. Según la compañía, esto se debe a razones comerciales, ya que la aparición de vacunas actualizadas (adaptadas a nuevas variantes) y la disminución de la demanda hicieron que su producción ya no fuera sostenible. No obstante, este movimiento coincidió con procesos legales en curso relacionados con efectos secundarios raros. - Reconocimiento de efectos adversos raros:
En documentos judiciales del Reino Unido (como parte de demandas por presuntos daños), AstraZeneca admitió que la vacuna puede provocar en casos excepcionales el *síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS), una combinación de coágulos sanguíneos y plaquetas bajas. Este riesgo ya había sido identificado y comunicado por agencias reguladoras en 2021, con una incidencia estimada de *1-5 casos por millón de dosis, según la OMS y la EMA (Agencia Europea de Medicamentos). - Contexto científico y regulatorio:
Las autoridades sanitarias siempre enfatizaron que los beneficios de la vacuna (prevención de COVID-19 grave, hospitalizaciones y muertes) superaban ampliamente los riesgos, especialmente durante las fases agudas de la pandemia.
- El TTS fue más frecuente en adultos jóvenes, lo que llevó a muchos países a recomendar otras vacunas para ese grupo etario.
- El mecanismo del TTS se vinculó a una respuesta inmunitaria inusual frente al vector viral (adenovirus) de la vacuna.
- Impacto y equilibrio riesgo-beneficio:
Se estima que la vacuna salvó millones de vidas. Por ejemplo, un estudio en The Lancet (2022) calculó que evitó más de 6 millones de muertes en su primer año de uso. Los efectos graves como el TTS, aunque mediáticamente impactantes, fueron estadísticamente muy infrecuentes comparados con los riesgos de la COVID-19 no mitigada.
Conclusión: La retirada de la vacuna responde principalmente a factores comerciales en un contexto de exceso de oferta de vacunas actualizadas, no a un cambio en la evaluación científica de su seguridad. No obstante, el reconocimiento legal de efectos adversos raros refleja la transparencia exigida en procesos regulatorios y judiciales. Este caso subraya la importancia de la farmacovigilancia y la comunicación clara de riesgos en campañas de salud pública.