Salud
La OMS y sus asociados intensifican los esfuerzos para hacer frente a la grave crisis humanitaria y de salud en el este de la República Democrática del Congo

El recrudecimiento reciente de la violencia en el este de la República Democrática del Congo ha ocasionado importantes pérdidas de vidas humanas, traumatismos, desplazamientos y la destrucción de infraestructuras de salud críticas, agravando la ya de por sí grave situación de millones de personas.
La situación sigue siendo tensa e imprevisible, y las necesidades en materia de salud son inmensas. La OMS sigue estando presente sobre el terreno, y ha seguido respondiendo a las necesidades de salud proporcionando suministros médicos que pueden salvar vidas, brindando apoyo a los trabajadores de la salud y coordinando la respuesta de emergencia.
Los hospitales y las morgues están desbordados. Desde el 26 de enero, se han notificado 3082 heridos y 843 muertos en 31 establecimientos de salud de Goma y sus alrededores (Kivu del Norte).
Y, debido al aumento alarmante de la violencia más al sur, se notificaron 65 heridos en tres hospitales de Kivu del Sur.
Con toda probabilidad, estas cifras seguirán aumentando a medida que vayan llegando más heridos a los establecimientos de salud y que se vayan retirando más cadáveres de las calles. Las infecciones de las heridas suponen un riesgo para aquellas personas que no hayan podido llegar rápidamente a los establecimientos de salud, en los que se están agotando los suministros necesarios para la limpieza y la desinfección.
Es desolador ver estos cuerpos que yacen sin que nadie se ocupe de ellos. Si bien los cuerpos de las personas que han fallecido por traumatismos no suelen ser portadores de enfermedades ni propagarlas, los difuntos tienen derecho a ser identificados y a recibir una sepultura adecuada, y es importante para los vivos saber que sus seres queridos han recibido esa atención.
Más de 70 establecimientos de salud (es decir, el 6 %) de Kivu del Norte se han visto afectados. Algunos de ellos han quedado totalmente destruidos y otros están haciendo todo lo posible para reanudar sus actividades. Varias ambulancias también han sufrido daños. Un dispensario al que la OMS, situado en Kivu del Norte, fue ocupado temporalmente por grupos armados. En algunos lugares, los trabajadores de la salud han tenido que huir, mientras que en otros, estos llevan trabajando 24 horas al día desde hace días, con recursos limitados y una demanda abrumadora, y en algunos casos arriesgando su propia vida.
Los servicios que tratan el cáncer, la diabetes, la hipertensión, la salud mental y otros servicios habituales también se han visto afectados, ya que se han agotado las existencias de medicamentos. En cuanto a los trabajadores de la salud, o bien se encuentran ausentes, o bien tienen que hacer frente a una carga excesiva.
El riesgo de muerte durante el embarazo o el parto, que ya era muy alto, ha aumentado. Debido a la inseguridad, las embarazadas no pueden acudir a los establecimientos de salud para tener un parto sin riesgo. De la experiencia respecto de los conflictos en la región se desprende que estos tienen consecuencias graves. Así, por ejemplo, la tasa de nacimientos en presencia de trabajadores de la salud calificados disminuyó y llegó a ser casi nula durante los períodos de violencia intensa.
La amenaza de las enfermedades infecciosas se ha multiplicado. El cólera, el paludismo, el sarampión, la meningitis, la viruela símica (mpox) y la tuberculosis son algunas de las amenazas infecciosas que existen en esta zona. En Goma se interrumpió el abastecimiento de agua, que se ha restablecido tan solo parcialmente, y la población se vio obligada a utilizar el agua del lago, lo que aumentó el riesgo de propagación del cólera. En Kivu del Norte se notificaron cerca de 600 casos sospechosos de cólera y 14 muertes entre el 1 y el 27 de enero.
El este de la República Democrática del Congo, en particular la provincia de Kivu del Sur, es el epicentro del brote de mpox que obligó al Director General de la OMS a declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional el pasado mes de agosto. La respuesta a la mpox se ha visto fuertemente afectada. El 90 % de los pacientes con mpox (128 de 143) ingresados en unidades de aislamiento en Goma tuvieron que huir por razones de seguridad, por lo que era casi imposible dispensarles la atención necesaria, lo que incrementa el riesgo de propagación de esta enfermedad.
Una de cada cuatro personas de esta región ya se enfrentaba a niveles de hambre de emergencia, y se prevé que la violencia reciente empeore la situación. La malnutrición y las enfermedades van de la mano: las personas con malnutrición son menos capaces de luchar contra la enfermedad, mientras que la enfermedad agrava la malnutrición. Este círculo vicioso es especialmente preocupante en el caso de los niños y las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
La ciudad de Goma daba cobijo a más de 2 millones de personas, entre ellas 700 000 personas desplazadas por esta crisis. Estas personas han tenido que huir una vez más, a un lugar más seguro. Viven en asentamientos temporales, con un riesgo para su salud y su seguridad.
Una evaluación rápida de 10 establecimientos de salud en Goma y sus alrededores muestra un aumento preocupante del número de violaciones y otros actos de violencia de género: se notificaron 45 casos entre las personas desplazadas, y 21 supervivientes de violaciones en grupo fueron ingresadas en dos hospitales. Estas cifras tan solo son la punta del iceberg. Estas pacientes necesitan atención médica, apoyo psicológico y asistencia para mantener sus medios de subsistencia, en particular cuando estas son el único sostén de sus familias.
La OMS ha proporcionado suministros médicos de emergencia, suministros para la higiene y la depuración del agua, y tiendas de campaña para aumentar la capacidad hospitalaria en 1000 camas. Estos suministros se están agotando rápidamente, y se precisan más recursos con carácter urgente.
La OMS está preparando otras entregas en el marco de una iniciativa dirigida por la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas (DG ECHO) para enviar suministros críticos. Con tal fin, se debe reabrir urgentemente el aeropuerto de Goma, una infraestructura vital. La OMS también está considerando distintas opciones para la entrega de suministros críticos por otras rutas.
La OMS y sus asociados pudieron reanudar la vacunación contra la mpox en Goma el miércoles 5 de febrero, tras una pausa de 10 días.
La decisión reciente de los Estados Unidos de congelar la ayuda exterior está afectando de forma significativa a las operaciones de socorro en la República Democrática del Congo. El año pasado, la contribución de los Estados Unidos había permitido financiar hasta el 70 % de la respuesta humanitaria en el país. Además, los Estados Unidos son uno de los principales proveedores de fondos en la respuesta a la mpox, y se han comprometido a aportar un millón de dosis de vacunas procedentes de sus propias existencias a fin de contribuir a los esfuerzos mundiales. Si bien la respuesta humanitaria de la OMS en la región depende de la financiación de otros donantes, entre ellos el Fondo de la OMS para Contingencias relacionadas con Emergencias, el Reino Unido y la Unión Europea, las reducciones en la ayuda global tendrán repercusiones en la salud de la población.
