Cancún
LA GRAN ESTAFA DE LAS ENCUESTAS: EL PUEBLO NO ES UN DATO QUE SE ACOMODA

¿Hasta cuándo vamos a seguir tragándonos las encuestas como si fueran palabra divina? ¿Cuándo vamos a dejar de permitir que un puñado de números amañados defina el rumbo de Quintana Roo?
Por Luis Mis
Porque lo que acaba de publicar Massive Caller no es un estudio serio: es una jugada burda, un disfraz de legitimidad, una maniobra para imponer a Ana Patricia Peralta de la Peña como futura gobernadora… sin que nadie haya votado, sin que nadie haya debatido, sin que nadie haya decidido.
¡Nos están queriendo ver la cara!. Otra vez…
Con apenas el 24.3% de supuestos “simpatizantes de Morena”, esta encuesta —realizada por teléfono, con preguntas que nadie conoce y una metodología que nadie ha auditado— intenta vendernos la idea de que Ana Paty lidera la carrera por la gubernatura. Pero lo que en realidad lidera es una operación de percepción. Una imposición disfrazada de popularidad.
¿Quién la eligió? ¿Dónde está ese “pueblo” que la apoya? ¿En qué momento decidimos que una herramienta manipulable como una encuesta vale más que los procesos democráticos internos, los debates públicos o el trabajo real en territorio?
Lo más grave no es el número en sí, sino la estrategia que lo acompaña: repetirlo hasta que parezca cierto. Así empiezan las imposiciones en Morena: con encuestas amañadas que luego son usadas para decir “el pueblo decidió”, cuando en realidad el pueblo ni se enteró.
Y mientras eso ocurre, el 21.5% de indecisos y el 16.6% que no quiere a ninguno de los que están en la lista es ignorado por completo. ¿No es eso lo más revelador? Que casi la mitad del supuesto electorado morenista no se identifica con nadie. Pero claro, eso no se pone en los encabezados. Eso no conviene.
Esto no es democracia: es marketing electoral con rostro de encuestadora.
Y cuidado, porque no es la primera vez. Massive Caller tiene antecedentes de fallas garrafales, de sesgos evidentes, de responder más a intereses políticos que a la voluntad real de la ciudadanía.
¿Vamos a permitir que una empresa de números nos diga quién nos va a gobernar? ¿Vamos a seguir avalando estas farsas estadísticas como si fueran decisiones del pueblo?
Quintana Roo no necesita una candidata con encuestas; necesita una líder con principios. No necesitamos datos cocinados; necesitamos hechos concretos.
No queremos marketing político; queremos compromiso social.
¡Basta de simulaciones!. ¡Basta de querer callarnos con gráficas y porcentajes!.
¡El pueblo no es un dato que se acomoda!. Y no vamos a dejar que nadie nos imponga lo que no hemos elegido